Este cuadro nació de una alfombra. Su génesis fué hermosa; su gestación, divertida, llenó unas cuantas páginas de un bloc apaisado como él . Un día os lo enseñaré.
Un mes después descubrí que éramos mi hermana mayor, formalita y bella, y yo, rabietuda, intentando escapar de su égida. En ella dominan el turquesa y el azul pálido, colores delicados -pero imponentes- de sus grandes ojos. Mas si miráis bien, aunque mi vestido esté hecho un higo llevo el lazo en los serenos colores de ella; y viceversa.
Las dos os decimos:
¡ADIÓS!
¡ADEU!
A RIVEDERCI!
ARIYO! À LA PROCHAINE!